Hoy podría confesar todas aquellas cosas que he ocultado,
cada uno de los impulsos que he soñado provocar,
las mil y una formas en que he pensado enamorarte
y las muchas conspiraciones que empecé a planificar.
Pero por ahora, por esta sola noche,
me conformaré con amordazar mis dedos
para que no griten lo que logras hacerme desear.
Mañana, sencillamente podría ser diferente...
Ángel
2011/10/02
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